Los asuntos son revisados en un primer momento a fin de entregar al cliente un diagnóstico de sus posibilidades jurídicas, tanto desde la posibilidad de una negociación extrajudicial, como de la necesidad de entablar un juicio formal. El diagnóstico debe analizar toda la documentación proporcionada y, en el caso de cobranza, las posibilidades reales de pago del deudor. Posteriormente se expone al cliente la problemática general del juicio, sus posibilidades de éxito y el tiempo estimado de su tramitación.

Expuesto el caso al cliente se inician los procedimientos previos tales como gestorías ante dependencias públicas, notificaciones o cualquier actuación pertinente para reforzar el juicio. Esto es particularmente importante en casos de cobranza y arrendamiento a fin de verificar la correcta existencia de garantías o para determinar si el deudor cuenta con bienes que respondan por su adeudo.

Analizado el caso, discutidas sus posibilidades y definida la estrategia con el cliente, se inicia la tramitación del juicio. Se proporciona al cliente la facilidad de dar seguimiento al juicio mediante la entrega de reportes periódicos y/o de que autorice en juicio a personal de su empresa o de su confianza a fin de verificar en cualquier momento el estado de avance del mismo y su correspondencia con los reportes entregados. Adicionalmente, y de acuerdo al desarrollo del litigio, se verifican juntas con el cliente a fin de revisar el estado del juicio y de tomar decisiones sobre el mismo, toda vez que en todo momento se puede presentar la oportunidad de negociar los asuntos.

El litigio está encargado a tres socios y pasantes que trabajan directamente en los juzgados. Dependiendo de la complejidad de cada caso, se asignan a cada uno de ellos. La firma proporciona además el servicio de coordinación de notarios, corredores públicos, gestores y peritos externos, que intervengan en los juicios a elección del cliente.